TERMINAL BAHIA BLANCA

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viernes, 10 de octubre de 2008

Diseñan casas para zonas inundables

Un grupo de arquitectos trabaja en viviendas preparadas para afrontar las precipitaciones y otras particularidades climáticas y geográficas. El proyecto incorpora tecnologías limpias y utiliza materiales accesibles y de fácil uso.

Expertos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UNL trabajan en la elaboración de una propuesta arquitectónica para la zona de islas de Santa Fe, que comprende cerca del 80 por ciento de la ciudad y su zona de influencia.

El objetivo es diseñar viviendas con tecnologías regionales, que permitan a los pobladores hacer frente a los periódicos ciclos de crecientes de los ríos y no agredan al medioambiente.
Luego de etapas de investigación y diseño, los especialistas comenzarán a construir la estructura del prototipo y así avanzar en el desarrollo de una propuesta alternativa de vivienda de interés social, que permita el arraigo del isleño en su medio.
La estructura de la vivienda retoma muchas de las características de los ranchos isleños instalados sobre pilotines, pero propone una forma sistemática y simplificada de construcción. A su vez, incorpora tecnología que favorece la autosuficiencia de la vivienda.
“En el área de servicios hay un sistema de captación de agua de lluvia, que luego se puede utilizar para elementos de higiene e incluye un filtro de agua particular”, indicó el arquitecto Alberto Maidana, docente e investigador de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.
Al mismo tiempo, se está investigando la posibilidad de incorporar en el futuro módulos solares y colectores solares para calentar agua.
A través de este diseño, los investigadores intentan dar respuesta a las necesidades de los pobladores sin que se modifique su estilo de vida.

Diseño a medida
Las construcciones de interés social que se toman para los planes de vivienda trabajan con una unidad tipo que se repite en todo el territorio provincial. “Se colocan por igual en zonas semi-rurales como en ambientes urbanos”, indicó Maidana.
Los investigadores evaluaron las características climáticas y topográficas de la región litoral, a fin de dar respuesta a las necesidades habitacionales de la zona de islas. “Hay una subárea bioambiental muy particular de clima cálido húmedo -denominado Iib por las normas IRAM- que comprende a la ciudad de Santa Fe y su zona de influencia, por lo que tenemos características climáticas muy particulares. Esto se acentúa por la humedad característica, que es lo más difícil con lo que hay que lidiar a la hora de desarrollar diseños bioambientales de viviendas autosuficientes”, contó Maidana.
Los especialistas eligieron trabajar con paneles fenólicos protegidos, que son derivados del uso de la madera industrializada. Además, equiparon la casa con aislación hidráulica exterior y una barrera interna de vapor para controlar la condensación en los paneles.
En cuanto a la aislación térmica, el diseño usa lana de vidrio, pero los arquitectos evalúan la posibilidad de suplantarla por paneles de junco.

Además de los factores climáticos, a la hora del diseño los arquitectos tomaron en consideración el sistema hídrico del Río Paraná, el paisaje, la tipología de vivienda y las tecnologías regionales y las características de los pobladores.
Gran parte de los habitantes se dedica a la pesca, lo que implica un tipo de relación particular con el paisaje y con el río como recurso, pero a su vez sufre cambios constantes por los ciclos de los ríos. Esto plantea un problema fundamental, ya que los isleños no pueden reubicarse en otro sector de la ciudad sin perder su medio de subsistencia.

La propuesta
Los arquitectos realizaron un diseño a partir de módulos de 90 centímetros por 90 centímetros, que se repiten y permiten un uso económico de los materiales. “La coordinación modular consiste en tratar de racionalizar todos los elementos que entran en el proyecto de una vivienda. Se intenta sistematizar todo lo que se utiliza en la construcción y llevarlo a medidas que sean repetitivas, es decir, siempre múltiplos de un módulo básico”, explicó Maidana.

La vivienda diseñada tiene cinco áreas: de uso común, privada, de servicios, exterior de trabajo y exterior de uso común (ver cuadro), de manera de responder a todas las necesidades de sus habitantes. En caso de necesitar modificar o expandir el edificio, el proceso es sencillo: una ventaja de la construcción a partir de la combinación de secciones similares. Otro beneficio es que este diseño puede adaptarse fácilmente a edificios de servicios asistenciales o educativos, sin variaciones sustanciales.

Los materiales son simples y fáciles para trabajar: madera, como elemento estructural; chapa de hierro galvanizada, como envolvente exterior; panel fenólico laminado, como complemento estructural en cubierta y pisos, y paneles de roca de yeso como terminación interior. El uso de módulos “posibilita trabajar con un cerramiento exterior de chapa de hierro galvanizado, sin necesidad de recortes del elemento, y se adapta a la relación dimensional empleada en el diseño de los módulos de aberturas. La elección de chapa en lugar de madera -aclaró Maidana- se justifica desde la habilidad y la costumbre de trabajo del material. Un cerramiento de madera implica un trabajo más artesanal y una mayor formación del posible usuario”.

Este proyecto es desarrollado bajo la dirección de Alberto Maidana y por los arquitectos César Bruschini, Griselda Armelini, Guillermo Quilici y Silvia Meyer.


fuente: infouniversidades
María Paz Mendoza
prensa@unl.edu.ar
Prensa Institucional UNL
Dirección de Comunicación
Universidad Nacional del Litoral

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