TERMINAL BAHIA BLANCA

TERMINAL BAHIA BLANCA

viernes, 24 de julio de 2009

La ONU llama a China a convertirse en modelo de desarrollo ecológico

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó hoy a China a convertirse en un modelo para todos los países en desarrollo y los emergentes impulsando el uso de energía limpia y un crecimiento económico "verde".

"Desde hace tiempo China ha tenido el crecimiento económico más rápido del mundo, pero también es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero y uno de los países más vulnerables a las consecuencias del cambio climático", afirmó Ban en un discurso pronunciado en Pekín.

El secretario general de la ONU agregó que "el progreso que puede alcanzar China en la aplicación de una política económica y energética sustentable es de vital importancia, no sólo para la población china, sino para la población del mundo entero".

Ban exhortó a China a que adopte frente al cambio climático "una actitud que demuestre al mundo que el país asiático está dispuesto a asumir un papel de liderazgo global en el siglo XXI".

"China puede convertirse en un modelo, no sólo para los países en vías de desarrollo, sino para todo el mundo", enfatizó Ban, quien ha dado la máxima prioridad a la lucha contra el cambio climático en los programas de Naciones Unidas para este año.

Ban convocó para septiembre una cumbre climática auspiciada por la Asamblea General de Naciones Unidas, reportó la agencia DPA.

En diciembre se llevará a cabo en Copenhague una cumbre para diseñar un nuevo acuerdo en la lucha contra el cambio climático que sustituya al Protocolo de Kyoto para la reducción de los gases de efecto invernadero.
fuente:minutouno

jueves, 23 de julio de 2009

'Situación extrema' en el incendio de Tarragona por las altas temperaturas

Las condiciones de baja humedad y altas temperaturas, sumado al viento previsto de ponent para este mediodía y las características orográficas del terreno, hacen que el incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona) esté "en una situación extrema", según Joan Boada, Secretario General de Interior.

De los dos focos activos, el noroeste, que podría afectar al municipio de Prat de Comte, es el más violento y el que centra los esfuerzos de la mayoría de los 70 efectivos terrestres y cerca de 20 aéreos, que desde esta mañana vuelven a prestar ayuda al dispositivo de tierra después de que ayer no pudieran hacerlo a causa del viento y la mala visibilidad.

Por otro lado, el foco sureste aún presenta zonas activas, aunque su avance está controlado.

Boada ha remarcado que "no ha habido descoordinación", y que todo el operativo funciona normalmente después de ser reorganizado ayer para hacer frente al avance de las llamas hacia Prat de Comte.

Autoridades y cuerpo de bomberos temen que se puedan repetir las condiciones propicias para que el fuego siga avanzando. Se ha establecido un perímetro rodeando las más de 1.100 hectáreas evitando así que se propague.

La carretera T-330 se ha convertido en uno de los puntos de actuación más importantes, pues de propagarse el fuego por esa zona de barrancos podría llegar con facilidad a poblaciones habitadas.

Boada se ha referido tambíén al estado de los dos bomberos heridos, cuyo estado ha sido calificado de "muy grave". Uno de ellos se encuentra en estado crítico debido a diversos fallos renales y respiratorios. Sus compañeros muertos el pasado martes serán enterrados hoy en sus respectivas localidades en funerales privados a petición de los familiares.
fuente:elmundo

Bosques nativos de Formosa en proceso de recuperación

La Universidad Nacional de Formosa concluyó un exhaustivo ensayo, denominado “Fajas de Enriquecimiento: una alternativa para la recuperación de bosques nativos explotados de la provincia de Formosa - Argentina”. El trabajo es el resultado de una investigación realizada desde 1998 en el Campo Experimental del Instituto de Silvicultura, en el Departamento Pirané, Formosa, que, como consecuencia de la presión ejercida por el hombre sobre el recurso forestal durante años, muestra una composición más heterogénea del bosque.


Los bosques nativos del Parque Chaqueño se estiman en 23.367.984 millones de hectáreas según el Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos (BIR 4085 AR 2002), y gran parte de ellos se encuentra empobrecida.

Esta situación es el resultado de la presión ejercida por el hombre sobre el recurso forestal durante años, reduciendo de manera considerable su productividad y capacidad de regeneración. Formosa, al estar ubicada en el noreste argentino, no está exenta de esta problemática. Sus bosques nativos explotados comprendidos en la región del Parque Chaqueño Húmedo cubren más de un millón de hectáreas (26 por ciento) de la superficie total de los bosques de la provincia.

Es por eso que esta investigación consiste en la búsqueda de alternativas que mejoren la composición de la masa forestal en calidad y cantidad. En este sentido, se destaca que las fajas de enriquecimiento constituyen una posibilidad de recuperación de bosques explotados con el objetivo de mejorar el potencial productivo del bosque.

El empobrecimiento del bosque nativo, producto de la explotación intensiva durante años, es el resultado, entre otros factores, de la entresaca selectiva de las especies, al cortarse sólo lo mejor y más sano y dejar al bosque remanente sin ningún tipo de intervención silvícola.

Experimentando

Los trabajos se realizaron en el Campo Experimental del Instituto de Silvicultura, ubicado en la región oriental húmeda del Parque Chaqueño, al sur de la Formosa en el Departamento Pirané, a 150 kilómetros de la ciudad homónima.

El ensayo -iniciado en 1998- consistió en la apertura de siete fajas de seis metros de ancho, éstas son las más apropiadas porque mantienen la acción reguladora del bosque nativo y la longitud variable acorde a la superficie boscosa. Las distancias entre fajas, en función de experiencias anteriores, se establecieron en 50 metros, considerándose esta distancia óptima ya que no produce mayores alteraciones al bosque.

Respecto de los resultados obtenidos, se concluye que las especies de mejor crecimiento en altura y diámetro en las fajas de enriquecimiento fueron Pterogyne Nitens, Peltophorum Dubium y Tabebuia Heptaphylla. Sin embargo, a pesar de tener menor crecimiento en altura y diámetro, Patagonula Americana es una especie a tener en cuenta por su alto porcentaje de sobrevivencia. El crecimiento en altura y diámetro de Diplokeleba Floribunda y Astronium Balansae presentaron porcentajes bajos de sobrevivencia. En los casos de Chlorophora Tinctoria y Schinopsis Blansae, el desarrollo en altura, diámetro y porcentaje de sobrevivencia los ubican en un nivel medio de preferencias.

Finalmente, se remarca que ensayos como los realizados en el Instituto de Silvicultura dan como resultado una composición más heterogénea del bosque. Esta mayor diversificación resulta beneficiosa no sólo desde el punto de vista económico sino también ambiental. El trabajo fue realizado por Miguel Ángel Oviedo, Orlando Walter Pérez y César Enrique Sirka y está redactado en español e inglés, de manera que la investigación pueda ser difundida en publicaciones especializadas nacionales e internacionales.



fuente: infouniversidades
Jorge Benítez
radio@unf.edu.ar
Área de Prensa
Universidad Nacional de Formosa



El retroceso de la Antártida y el cambio climático

En conjunto con investigadores de otras universidades del mundo, biólogos de la UNC trabajan desde hace 15 años estudiando el impacto que está produciendo el calentamiento global en el continente antártico. Los especialistas cordobeses se focalizan en la caracterización de los efectos en los ecosistemas marinos a raíz del retroceso de los glaciares. Los temas más preocupantes son la consecuencia de la desglaciación forzada del continente en la dinámica del resto del planeta y la pérdida de biodiversidad. Desde 1997 los investigadores vienen detectando cambios en los ecosistemas bentónicos, con especies que desaparecieron parcialmente y otras que se multiplicaron.

El objetivo general era conocer los ecosistemas antárticos marinos. En la tierra la fauna es muy escasa, sólo pueden encontrarse algunas aves migratorias, entre ellos pingüinos y algunos pocos mamíferos. Pero debajo de las aguas, la biodiversidad es muy grande, en particular en las comunidades bentónicas, es decir, las formadas por organismos que viven en el fondo de los ecosistemas acuáticos. “Fue un análisis más general -recuerda Ricardo Sahade, quien es docente e investigador de la UNC y desde 1994 estudia los ecosistemas en la península Antártica, en Caleta Potter (Shetland del Sur)-, realizado con fotografías. Queríamos ver la estructura de las comunidades, los patrones de diversidad, qué tipos de organismos vivían, qué estrategias tenían y qué les permitía ser exitosos en ese medio”. Las especies invertebradas más abundantes son las esponjas, ascidias, equinodermos y briozos.

A los tres años de esta primera etapa exploratoria, en 1997, los investigadores empezaron a detectar cambios en los ecosistemas bentónicos. Especies que habían desaparecido parcialmente y otras que se habían multiplicado. “Esto fue muy inesperado porque las condiciones ambientales debajo del agua son muy estables en la Antártida, y se creía que las comunidades biológicas también debían serlo”, explica Sahade a InfoUniversidades. “Nosotros vimos cambios muy grandes en tres años, en especies como las asirias, las esponjas y en bívalos”.

Hace diez años no se hablaba del calentamiento global como en la actualidad, pero la comunidad científica había empezado a realizar estudios interdisciplinarios en todo el mundo. En el caso de la Península Antártica se sabía que en los últimos 50 años había aumentado un promedio de 2,5 grados la temperatura (la media del planeta fue 0,6°) y que retrocedieron en muchos sectores los glaciares. Pero se creía que si no aumentaba la temperatura del agua no debía haber cambios significativos en los ecosistemas marinos.

Ricardo Sahade, entrevista

-No había explicación para que existan cambios tan rápidos en los ecosistemas marinos, y la temperatura del agua no aumentaba, pero sí existió una gran contracción de los glaciares. ¿Dónde estaba la explicación?
-Con el tiempo y con muchas discusiones intentamos ver qué procesos podían afectarlos. Los primeros indicios estaban, precisamente, en el retroceso de los glaciares, porque esto implica que hay un mayor aporte de materiales terrestres en el agua.

-¿Y cómo afecta la carga de sedimentos a las especies marinas?
-Notamos que las especies que empezaron a desaparecer, por su forma estructural y por el lugar donde vivían, eran menos resistentes ante una mayor carga de sedimentos. A estos organismos se los llama filtradores porque comen el material orgánico que se suspende en el agua: planton, fitoplanton, entre otros. Los sedimentos son material inorgánico: tierra, arcilla, greda, barro, etc. Los filtradores justamente filtran el agua para poder captar la comida. Si se le agrega una mayor carga de sedimentos, necesitan filtrar más agua y esto requiere un mayor gasto de energía. Por otro lado, los aparatos de “filtración” se van tapando o modificando en el mejor de los casos. Cuando no pueden hacer más este trabajo ‘extra’, mueren o desaparecen porque no pueden compensar el gasto de energía con el alimento conseguido. También se ven afectadas las plantas, porque el barro y los sedimentos oscurecen el agua y tienen mucha menos luz. Y las plantas absorben la energía solar para producir energía química, que se traslada al resto de la cadena. Es decir, todo el ecosistema se ve afectado. Éste es, quizás, el nexo principal entre los cambios en las comunidades bentónica y el aumento de la temperatura. Nosotros corroboramos las reacciones de las especies frente a la carga de sedimentos en laboratorios.

-¿Qué otras hipótesis se plantearon en relación al retroceso de los glaciares y el cambio en los organismos submarinos?
-Hay hipótesis nuevas que sostienen que estaríamos frente a un proceso de deglaciación de la Antártida. Pero lo concreto es que el 90 % de los glaciares de la península ha retrocedido. Y el proceso es muy veloz. Si bien varía según las zonas, hay glaciares que se redujeron 50 metros en un año.

-¿Cuál es el valor del continente antártico para el resto del mundo?
-La Antártida es un “laboratorio evolutivo natural”. Está aislada del resto del planeta hace unos 20 millones de años, sobre todo a nivel de organismos marinos. La barrera biogeográfica más potente se llama frente polar, a lo que se le suma la corriente circum antártica. Alrededor del continente hay profundidades de entre 3.000 y 5.000 metros, que junto con esta corriente hacen que los organismos tengan una barrera y sea muy difícil el intercambio y que, a su vez, los ecosistemas hayan evolucionado aislados del resto en los últimos 20 millones de años. Es una diferencia muy importante con, por ejemplo, el Polo Norte. La Antártida es un continente rodeado de mar, y el Polo Norte es un mar rodeado por continentes con sólo unos 15 o 20 mil años de antigüedad.

-¿Cómo afecta al resto del planeta el retroceso de los glaciares antárticos?
-La dinámica antártica afecta a la dinámica del todo del planeta. En los océanos hay dióxido de carbono disuelto, pero la capacidad de disolución está relacionada con la temperatura. Mientras más fría está el agua más capacidad de retener gases hay. El agua a 1° bajo cero retiene mucho más dióxido de carbono que a temperaturas de 2°. Esto es lo que se llama la ‘bomba física del dióxido de carbono’. Si se elevan las temperaturas de aguas frías como las antárticas se libera más dióxido de carbono, incrementándose el efecto invernadero. Los océanos cumplen un rol similar al de las plantas; son fijadores del dióxido de carbono, sacándolo de la atmósfera. Pero si, por un lado, introducimos dióxido de carbono con la quema de combustibles y, por el otro, eliminamos cobertura vegetal incrementando la temperatura, vamos perdiendo la eficacia de nuestros mecanismos reguladores. La dinámica de estos sistemas es muy compleja y quizás estemos lejos de comprenderla en su totalidad. Pero tal vez no nos quede mucho tiempo para tratar de hacer algo. Hay hipótesis que sostienen que el planeta Venus podría haber sido similar a la Tierra pero ahora tiene una temperatura de unos 300°, mantenida quizás por un efecto invernadero sumamente ‘eficiente’.

El equipo de investigación que trabaja en la Antártida está integrado por Ricardo Sahade, Marcos Tatián, Milagros Demarchi, Luciana Torre, Soledad Tarantelli, Cristian Lagger, Natalia Servetto, Paula Wiernes, Soledad Acosta y Marina Chiappero. Los estudios son subsidiados por la UNC, el Instituto Antártico Argentino, el Conicet, el FONCyT y el Alfred Wegener Institut (Alemania).



Fuente: Infouniversidades
Andrés Fernández
comunicacion@rectorado.unc.edu.ar
Lucas Gianre
Prosecretaría de Comunicación Institucional
Universidad Nacional de Córdoba

martes, 7 de julio de 2009

EE.UU. propugna la geoingeniería para frenar el calentamiento global

El debate científico se intensifica a medida que el cambio climático se hace más intenso y peligroso


La Academia Nacional de la Ciencia de Estados Unidos (NAS) preconiza la aplicación de algunas de las propuestas diseñadas por la geoingeniería para frenar el cambio climático, señala The New York Times. Entre las medidas que se consideran más apropiadas se encuentra la fabricación de “sombrillas” especiales y ponerlas en órbita para contrarrestar los rayos solares, y conseguir que las nubes reflecten más luz solar hacia el espacio. La geoingeniería, un concepto acuñado en los años noventa en Estados Unidos y asumido por Europa hace dos años, continúa su proceso de implantación en la misma medida en que el calentamiento global se hace más evidente y peligroso, pero continúa suscitando un debate por las posibles consecuencias negativas de su aplicación. Por Marta Morales.

¿Cómo enfrentarnos al calentamiento global? En las últimas décadas se ha investigado mucho sobre el cambio climático, en un intento de paliar, evitar y solucionar un hecho que cada vez se hace más evidente: el planeta sufre una subida inusual de su temperatura global como consecuencia de la actividad humana, ajena al peligro que supone la explotación desmesurada de los recursos terrestres y el exceso de la contaminación que generamos.

En un comunicado, la National Academy of Sciences norteamericana advirtió a finales del mes de junio al Congreso de Estados Unidos que el calentamiento global actual no ha tenido precedentes en los últimos 400 años y, posiblemente, ni siquiera en los últimos dos mil años en lo que se refiere al hemisferio norte del planeta.

Un grupo de especialistas en el cambio climático fue tajante al hacer esta afirmación, demostrando que la realidad de la situación se hace patente cada vez más en fenómenos de la naturaleza, como los huracanes inesperados o el deshielo de las regiones polares de la Tierra.

¿Qué hacer para afrontar lo que podría suponer un desastre ecológico, económico y para las especies de todo el planeta? Aparte de las clásicas medidas de reducción de emisión de contaminación o de búsqueda de soluciones sostenibles, otras propuestas han sido lanzadas por los científicos, señala The New York Times: fabricar “sombrillas” especiales y ponerlas en órbita para contrarrestar los rayos solares, o bien conseguir que las nubes reflecten más luz solar hacia el espacio han sido algunas de ellas.

La geoingeniería, de ciencia-ficción a necesidad

Para la National Academy of Sciencies, estas soluciones, unidas sobre todo a la reducción de contaminantes y a la prevención del calientamiento global, deberían comenzar a ser consideradas seriamente. Entrarían en el concepto de geoingeniería o “ingeniería planetaria”, que supone la aplicación de la tecnología con el propósito de influenciar en las propiedades globales de un planeta.

El objetivo sería hacer de planetas deshabitados entornos habitables para la vida, y aunque esto suene a ciencia ficción, lo cierto es que tal vez sea aplicable a la solución de los problemas en la Tierra, que podría llegar a convertirse en un lugar difícilmente habitable como consecuencia del calentamiento global.

Así, diversos científicos han hecho ya sus propuestas de geoingeniería para paliar el efecto de nuestras propias acciones. Partiendo de la idea de que la Tierra reflecta hacia el espacio alrededor de un 30% de la luz solar que alcanza su superficie y absorbe el resto, quizá aumentar la luz que se reflecta podría contrarrestar el calor derivado del efecto invernadero, enfriando así el planeta.

The New York Times se refiere, por ejemplo, al astrónomo Roger P. Angel, de la University of Arizona, que ha diseñado un plan para poner en órbita pequeñas lentes que servirían para refractar la luz del Sol hacia el exterior de la Tierra. Serían trillones de lentes, de alrededor de un metro cada una, muy finas y con un peso ligeramente mayor que el de una mariposa.

Otra idea ha sido la de colocar cintas reflectantes que cubran los desiertos o “islas” de plástico blanco, que se harían flotar en todos los océanos, de manera que se pueda reflectar luz solar hacia el espacio, en lugar de que toda incida sobre la Tierra.

Aparte de la posibilidad de reflejar la luz, los científicos han llegado incluso a concebir que se abone el mar con hierro, lo que produciría que se generaran grandes extensiones de plantas que absorberían el dióxido de carbono y, al morir, lo arrastrarían con ellas hacia el fondo del océano. También la BBC ha dedicado un interesante artículo a las posibilidades de la geoingeniería.

Rechazo y pugna

Sin embargo, numerosos científicos aún rechazan la geoingeniería como posible fuente de soluciones, porque suponen que podría producir más efectos dañinos secundarios que beneficios.

Otros, en cambio, resaltan la importancia de estas novedosas ideas, así como la necesidad de que sean tenidas en cuenta por los gobernantes como remedios de urgencia, puesto que parece que las decisiones globales tomadas –como la del protocolo de Kyoto- no han sido respetadas por todos los países (Estados unidos no lo ha ratificado y China e India jamás lo han respetado).

Algunos especialistas enfatizan la importancia del cumplimiento de las normas medioambientales (así como crear fuentes energéticas alternativas) y que se exija que éstas se respeten, mientras otros señalan que se debe pensar de manera inmediata en alternativas de emergencia, teniendo en cuenta la ausencia de compromiso de algunos países.

Soluciones difíciles y, según algunos especialistas, impracticables, deberían aún así ser consideradas y experimentadas a fondo, por si las necesitamos algún día. De hecho, serían fórmulas únicas para reducir rápidamente el aumento de la temperatura, si llegara el momento en que el calentamiento global fuera irreversible.

Debate antiguo

El debate sobre las aplicaciones de la bioingeniería está en la prensa popular científica de Estados desde mediados de los años noventa, siendo uno de los más significativos el publicado por Popular Science el año pasado, por lo que la aparición del artículo del New York Times del mes pasado debe considerarse como una prolongación de este debate.

El debate sin embargo no es exclusivo de Estados Unidos. Está presente en Europa desde 2004, cuando la BBC y The Guardian publicaron algunos artículos a partir de que el Gobierno británico señalara que el cambio climático es una amenaza mayor que la que representa el terrorismo. El panel del cambio climático se ha referido también a la geoingeniería para evocar soluciones al problema del agua.

Diversas propuestas de geoingeniería han circulado en este contexto y las más importantes han sido recogidas por la American National Academy of Science en el informe Policy Implications of Greenhouse Warming: Mitigation, Adaptation, and the Science Bases, que recomienda medidas correctivas del cambio climático utilizando aeronaves comerciales, militares y privadas. Global Research ha publicado asimismo un interesante análisis crítico de lo que ha dado en llamarse geoingeniería.

El reloj biológico de las plantas ayuda a predecir el cambio climático

Un proyecto internacional liderado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha puesto de manifiesto que el reloj interno de las plantas puede mejorar las predicciones sobre el cambio climático, informó esta institución.

Se trata de un mecanismo genético presente en la mayoría de los organismos que permite anticipar el paso de las horas y actúa como el coordinador central del metabolismo de la planta.

El proyecto ha sido dirigido por el profesor Víctor Resco, de la Facultad de Ciencias del Medio Ambiente de Toledo, dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).

El hallazgo consiste en la demostración de cómo el reloj interno de las plantas, también conocido como reloj circadiano, sirve para anticipar los procesos que se producen en ellas con el paso de las horas y actúa como un coordinador central del metabolismo de la planta.

En este sentido, "hasta el 90% de los genes de una planta se activan o se apagan a lo largo del día en función de la hora que sea, a causa de esta regulación circadiana", según ha señalado Resco.

Por ello, las implicaciones ecológicas que se producen con motivo de esta regulación podrían anticipar y mejorar las predicciones sobre cambio climático.

"El reloj puede ser relevante también para predecir la supervivencia, crecimiento, floración y distribución de las plantas ante un clima cambiante, así como para desarrollar variedades agrícolas resistentes a los aumentos de temperaturas que acontecerán durante este siglo", según ha manifestado el profesor.

Asimismo, la alta capacidad de adaptación de las plantas ante procesos climáticos cambiantes podría depender de la alta capacidad de adaptación del reloj.

Urge proteger los glaciares

El veto presidencial a la ley que preservaba los hielos, además de prestarse a sospechas, dejó sin protección esas reservas de agua.

La vetada ley de protección de glaciares vuelve a la agenda: se está intentando juntar un millón de firmas para exigir al Congreso que vuelva a la carga con esa norma.

La ley aprobada en octubre de 2008 por unanimidad en ambas cámaras establecía la protección de los glaciares y sus zonas aledañas, llamadas periglaciares, y la prohibición de actividades que pudieran afectarlos, como las mineras, petroleras y obras de infraestructura inadecuadas. Determinaba, además, que toda actividad no prohibida que allí se hiciera requería una evaluación de impacto ambiental y se establecían fuertes sanciones en casos de incumplimiento.

La Presidenta vetó la ley sin mayor fundamento mediante un decreto que establecía que si bien el gobierno nacional se encontraba comprometido con la protección del medio ambiente, existía legislación en la materia, como la ley de general del ambiente, que "establece los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable".

El por lo menos curioso veto agregaba que la ley "podría afectar el desarrollo económico de las provincias involucradas, conllevando la imposibilidad de desarrollar cualquier tipo de actividad u obra en zonas cordilleranas", lo cual "daría preeminencia a los aspectos ambientales por encima de actividades que podrían autorizarse y desarrollarse en perfecto cuidado del medio ambiente". Se destacaba que "la ley no contempla que las provincias involucradas cuentan con los controles suficientes para evaluar y autorizar las actividades de infraestructura, industriales, mineras, hidrocarburíferas, etc."

Sorpresivamente, después de haberse reunido con el presidente mundial de la empresa minera más grande del mundo, la Barrick Gold Corporation, la Presidenta autorizó el proyecto minero de Pascua Lama, que lleva a cabo esa firma en San Juan y parte de Chile, precisamente en una zona donde hay tres glaciares.

Mencionamos anteriormente en esta columna que, sin desconocer que la minería goza de apoyo oficial debido a las inversiones y los puestos de trabajo que genera, no es un hecho menor que los glaciares cordilleranos significan el 70 por ciento de la reserva hídrica de la Argentina, lo que por lo menos amerita que cualquier actividad que allí se desarrolle requiera un profundo estudio sobre sus verdaderas consecuencias sobre el ambiente.

Por supuesto, no hay que desmerecer la capacidad de las provincias para analizar las actividades que se desarrollan en sus respectivas jurisdicciones. Ocurre que a menudo los efectos de la explotación de los recursos naturales exceden el marco de una provincia y se hace necesario consensuar una mirada estratégica para la Argentina no sólo sobre su uso, sino acerca de su protección actual y futura porque en ellos reside nuestro bienestar y el de las futuras generaciones.

Por esa razón resultó alarmante que una de las preocupaciones expresadas en el veto fuera que la ley disponía que "todas las actividades proyectadas en los glaciares o el ambiente periglacial que no se encontraban expresamente prohibidas estarían sujetas a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental". Esto significa que, dada la fragilidad de los recursos protegidos, se exigiría una mayor atención en el momento de aprobar nuevas actividades.

Este tipo de observaciones no hicieron sino despertar más dudas sobre su razonabilidad. Incluso se concluía invitando a los gobernadores, senadores y diputados nacionales de las provincias cordilleranas a constituir un foro interdisciplinario para la discusión de las medidas por adoptar en orden a la protección de los glaciares y del ambiente periglacial (foro que no se constituyó), como si ese foro tuviera un rango de mayor conocimiento o reflexión que pudiera reemplazar una decisión que habían tomado las cámaras de Diputados y Senadores en pleno y por unanimidad.

Hoy, cuando el Parlamento despierta una nueva esperanza contra las decisiones unilaterales, es oportuno resaltar el esfuerzo de la ciudadanía para proteger algo que la sociedad percibe como esencial. En la página www.proteccionglaciares.com.ar se busca la firma de quienes quieran apoyar la necesidad de contar con una ley consensuada democráticamente y con fundamentos para proteger adecuadamente nuestros glaciares.