TERMINAL BAHIA BLANCA

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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Uruguay - Una ley para la basura tecnológica

Un proyecto que entra al Senado procura que las empresas que fabrican y venden artefactos electrónicos los reciban una vez en desuso Una basura que no se recoge Sostienen que es la forma más equitativa de distribuir costos.


Dentro de un año y medio la computadora que acaba de comprar ya será obsoleta. Casi lo mismo ocurrirá con el nuevo celular. En la misma medida crece la chatarra tecnológica. Un proyecto busca que estos residuos sean retirados sin peligro.
El senador Alberto Cid (Asamblea Uruguay) presentará el proyecto de ley en la primera sesión de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara Alta, en los primeros días de septiembre. La iniciativa busca subsanar un problema para el que, de momento, Uruguay no tiene respuesta: ¿qué hacer con los artefactos eléctricos o electrónicos que ya no se usan?
Entre los productos electrónicos de gran consumo están las computadoras y los teléfonos celulares. El ingeniero Juan Grompone estimó en 2007 que había 600.000 computadoras en el país, de las que 100.000 se tiran cada año por obsoletas. "A eso se le pueden agregar los datos que conocimos de Ancel, que este año superó el millón de equipos de telefonía celular, sin contar a las otras compañías", apuntó Cid.
El legislador propone la creación de un sistema de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que va desde la reutilización de algunos o todos sus componentes hasta la disposición final, como cualquier otro residuo.
Según el proyecto, personas o empresas autorizadas por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) podrán recuperar este tipo de material. Pero además la normativa propuesta propone responsabilizar a las empresas fabricantes o vendedoras de electrodomésticos por recibir aquellos artefactos que ya no se usen, siempre y cuando hayan sido comprados en la misma firma. El proyecto propone sancionar con multas de entre 1.000 y 5.000 Unidades Reajustables (UR) para quienes incumplan.
En el caso de aquellas infracciones que además supongan un impacto medioambiental negativo, las sanciones podrán oscilar entre las 3.000 y 10.000 UR ($ 3.600.000, al valor actual).
"Gran parte de los equipos de computación que se disponen podrían ser de utilidad en empresas públicas, o en oficinas del Estado que tienen graves carencias de equipamiento. También estamos pensando en instituciones médicas, donde cada vez es más importante mantener historias clínicas legibles y debidamente actualizadas", señaló Cid.
En la exposición de motivos del proyecto se argumenta la necesidad de legislar en la materia por el alto valor contaminante que representan estos desechos. "Estos residuos o `basura tecnológica` crecen a un ritmo superior a cualquier otro tipo de residuos. La Agencia Europea Medioambiental considera que el crecimiento de estos triplica a los otros residuos".
La normativa toma como modelo la de la Unión Europea. Fijará un plazo de 12 meses para que se implemente el sistema. Entre otros puntos exigirá a las empresas el rotulado de sus productos, advirtiendo que los mismos no contienen material tóxico. El sistema también deberá establecer sitios para la disposición final de la "chatarra tecnológica". (Producción: R. Rossello y A. López Reilly)
La cifra
100.000 computadoras por año se arrojan a la basura en Uruguay sin ningún tipo de tratamiento, según el ingeniero Juan Grompone.
Gestores de residuos apoyan la ley
"Me parece muy pertinente seguir la tendencia que marcó la ley de residuos de envases y aplicar la responsabilidad al fabricante o vendedor, es el modo más equitativo de distribuir los costos en gestión ambiental", dijo a El País la química Ana Luisa Arocena, integrante de la Cámara de Empresas Gestoras de Residuos del Uruguay (Cegru).
A juicio de Arocena el sistema de gestión deberá "distinguir qué partes (de un artefacto) son peligrosas y qué partes son comercializables".
"Hoy tenemos graves problemas en este sentido, por ejemplo con tubos de televisión, cuando los vemos tirados en las márgenes de ríos o arroyos, eso ambientalmente es muy grave", señaló.
También observó las carencias que tiene el país para la disposición final de estos residuos. "Uruguay tiene la limitante de la escasez de lugares de enterramiento, por ejemplo en el caso de los tubos de rayos catódicos (televisión), pero es posible el acopio porque en el mundo se compra, aunque hay unas pocas plantas en el mundo que tienen la capacidad de recuperar el níquel", indicó.
En cambio, no cree que el país deba contar con este tipo de plantas. "No tiene sentido, y además va en contra del Convenio de Basilea al que Uruguay suscribió", dijo Arocena.
Problema en todo el mundo
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) estima que por año se genera en el mundo hasta 50 millones de toneladas de basura electrónica.
"La eliminación inapropiada de estos desechos libera peligrosas sustancias químicas y metales pesados en el medio ambiente", explicó a la BBC Nelson Sabogal, encargado de asuntos científicos del Pnuma.
En Estados Unidos, la Agencia para la Protección Ambiental estimó que entre 1997 y 2004 se tiraron 315 millones de computadoras a la basura. Con ello se vertieron 8 millones y medio de toneladas de material tóxico.
En América Latina, según el Pnuma, el mayor problema lo ha ocasionado el aumento "dramático" de teléfonos celulares y computadoras. "En gran parte de los países no existen estrategias para el reciclaje de estos aparatos", comentó el experto del Pnuma.
En Uruguay este año sólo la compañía estatal Ancel anunció haber llegado al millón de celulares, sin contar a las competidoras privadas que tienen el resto del mercado. Según los últimos datos relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para Uruguay en Cifras, en 2006 había un total de 2.330.011 celulares.
La IMM no recoge la tecno chatarra
No existe en Montevideo un servicio público de recolección de "chatarra tecnológica", ni tampoco un lugar específico de disposición final. El gerente de la División Limpieza de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), Carlos Piña, explicó a El País que en general estos desechos ingresan en un "circuito informal", en el que existen personas que sacan provecho de algunas piezas que sirven como repuestos para otros aparatos.
"Evidentemente es un área que está muy mal trabajada. Se maneja de un modo totalmente privado. Hay gente que toma un equipo al vender el otro, y que le saca algunas partes. Básicamente, lo que hay es mucha carcaza plástica", indicó.
Del mismo modo, no existe un cálculo de la cantidad de electrodomésticos o equipos de computación que se descartan al año en Montevideo. Cuando aparece algún electrodoméstico o equipo desarmado en un contenedor, éste va aparar a la Usina 8 con el resto de los residuos. "Hay mucha gente que se dedica a reutilizar las piezas y por ello no aparecen tanto en los contenedores. Pero si aparecen, van a parar directamente al relleno", explicó el jerarca municipal.
"Lo único que existe a nivel municipal vinculado al tema es la recolección de pilas, que son algo muy contaminante", recordó Piña.
Las pilas se recogen en recipientes especiales instalados en los comercios y son llevadas a un depósito en la Usina 5. Allí son cubiertas con cemento, aguardando que en el futuro "alguien sepa qué hacer con ellas", pues no existe tecnología para reciclarlas.
Fuente: El País

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