TERMINAL BAHIA BLANCA

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viernes, 23 de enero de 2009

Producción orgánica, ventajas y dilemas

De cómo trabajar en el campo sin utilizar elementos químicos intervinientes protegiendo así el medio ambiente y, a través de los alimentos producidos, incidir positivamente en la salud de las personas, hasta las complicaciones y desventajas en cuanto a la comercialización para el productor.

Horacio Campaña es ingeniero químico egresado de la UNS y a partir de los 90 empezó a interesarse en las cuestiones ambientales. Fue así que participó de la creación en la UTN del Grupo de Estudio de Ingeniería Ambiental (GEIA), donde comenzó a trabajar en investigaciones cuya línea a seguir tenía que ver con el reciclado y la reutilización de materia orgánica.
Uno de esos estudios, que posteriormente tendría su aplicación real, se refirió a la producción agroecológica de alimentos, con lo cual el enfoque pasó a ser la producción orgánica. A la vez se supervisaron cuestiones de legislación, condiciones y comercialización, y viendo la preponderancia de la producción ganadera de la zona por sobre la agrícola, se pensó en la producción de la carne ecológica: “La producción orgánica en el caso de la carne significa criar animales en un lugar donde no se aplica ningún producto agroquímico. El control de la sanidad animal se hace con métodos controlados, sin usar antibióticos, anabólicos, antiparasitarios, etc.”, dice Campaña y menciona que los antibióticos se permiten sólo cuando está en juego la vida del animal o casos excepcionales.
Este proceso permite que el producto que llega al hogar lo haga de manera más pura y a la vez se protege el suelo de diferentes materiales. Igualmente, dice Campaña, en nuestra zona, salvo casos particulares, la producción animal es bastante natural. Por otro lado, a partir de esas ideas se comenzó a trabajar formando un grupo de productores orgánicos que más allá de los beneficios mencionados terminan chocando con las barreras del sistema de comercialización: “Es una cuestión muy complicada porque no hay un mercado interno y el mercado externo tiene todas las complicaciones que tiene la política de nuestro país, más la cuestión de que todo es manejado por uno o dos frigoríficos”.

Carne ecológica
La carne ecológica es el resultado de la producción orgánica y su mayor diferencia a la vista con la carne convencional es que es más dura y contiene otros beneficios adicionales. Para poder darnos una idea, comparemos la sensación de consistencia diferente que tiene la carne de pollo de criadero con el de campo: “En un animal que está encerrado en un corral comiendo permanentemente sin caminar nada, su carne es menos fibrosa, tiene mucha más grasa veteada, más colesterol, menos omegas que son buenos para la salud, tiene una serie de desventajas respecto a la carne de animal criado a pasto”.
Hasta aquí hemos visto algunos aspectos positivos en cuanto a este tipo de producción, pero “algunos sectores, entre comillas progresistas, dicen que se trata de producción elitista porque es para exportación. Eso es cierto y algunos productores pueden tener esa visión, pero cuando nosotros lo planteamos el objetivo no era ese. Por un lado, tenés esa opinión en contra de que esto no sirve al país… no lo justifico pero lo entiendo”, y prosigue el ingeniero: “El gobierno o el sistema administrativo no le presta en absoluto ninguna atención a formas de producción ecológica, no les interesa. Está mucho más volcado a asociarse a sistemas de producción a gran escala y sobre todo avanzando en agricultura, soja y compañía. Entonces, así con esas contras es muy complicado llevarlo adelante”.

Pago por servicios ambientales
Cuenta Campaña que para intentar pelear contra esas desventajas -en particular las comerciales- que tiene la producción orgánica, se está apuntando la línea de trabajo a lo aplicado en otros países, conocido como el pago por servicios ambientales. Al realizar producción orgánica y por ende no utilizar herbicidas, pesticidas, variadas tecnologías y demás prácticas vinculadas con el medio natural, se producen algunas restricciones en cuanto a la producción ya que se obtiene menos que en el caso de una producción convencional. Esa diferencia del porcentaje de producción lograda es la que se debería solventar para que el productor orgánico pueda seguir realizando su tarea: “Se plantea que se pague una diferencia más para equilibrar. La diferencia más grande no está tanto en carne sino en agricultura por cuestiones de tecnologías. Esa diferencia en otros países es equivalente a lo que se llama bonos de carbono o el mercado de carbono donde se le paga a los que hacen forestaciones. Esto va en la misma línea porque lo que uno hace con la producción ecológica también tiene que ver con el carbono porque se está manteniendo la materia orgánica del suelo, esa materia es carbono, la mayor parte está en la materia orgánica, y si no mantenés un nivel de esa materia, estás liberando una cantidad de carbono hacia afuera. Entonces, hay líneas de subvención de países desarrollados donde se promueve esto apoyando a productores orgánicos”.
En nuestro país hay cierta legislación en este sentido pero sin ninguna difusión: “Hay que mantener la gente que quiere producir sin afectar el medio ambiente. Por eso vamos por ese lado para tener algún tipo de apoyo o a través del desarrollo de algún tipo de legislación que de hecho se está pensando para que los productores tengan una compensación”.

Cuestión cultural
Los costos materiales de la producción orgánica son más bajos aunque más altos en lo relativo a trabajo. Por ejemplo, en agricultura las malezas no pueden ser combatidas con herbicidas y hay que manejarlas mecánicamente con herramientas.
Pero no radica únicamente en cuestiones economicistas el no crecimiento de la producción ecológica: “No se hace porque no rinde, ya que producís mucho menos que con el estilo convencional. La otra alternativa da más cosecha, da menos trabajo a través de toda una carga de productos, por eso la idea del apoyo económico para las producciones orgánicas: esa es la cuestión, cómo devolver la parte que no produce”. Para Campaña el que produce con pesticidas y herbicidas debería pagar un impuesto ya que está liquidando el medio: “Es una externalidad porque está haciendo algo que lo va a pagar más adelante, o alguien lo va a pagar, eso lo tiene que pagar él para que otro mantenga el sistema y lo mantenga productivo”.
Por otro lado, existe una cuestión cultural de priorizar el aspecto económico por encima del cuidado del medio ambiente, cuestiones inherentes a las personas y su ambición que se agravan cuando el sistema político privilegia el signo pesos, y los que cuidan el medio se encuentran totalmente desprotegidos. Así y todo, para el futuro Campaña cree que “si las condiciones de la política nacional cambiasen, se podría certificar la producción orgánica y entrar en una cadena de producción. Es difícil, tiene que ver con un convencimiento de que las cosas son de determinada manera. Esto tiene bases filosóficas, lo otro no tiene nada, tiene que ver con internalizar conceptos, ideologías y demás”.

Beneficios al medioambiente y la salud
“Al no incorporar agroquímicos, estos no entran en la cadena alimentaría y no van a parar al hombre, se mantiene la biodiversidad, un sistema estable sin venenos en el medio”.
“Se protege el suelo que es la clave en el sistema de producción y para el planeta en sí. Tiene una cantidad de carbono y nitrógeno que tiene que tener un determinado equilibrio; cuando hacées extracciones muy fuertes y no incorporas materia orgánica, el suelo se va degradando”.
“No tenés contaminación de agua con pesticidas, agroquímicos”.
“Los vegetales que producís son más sanos, el alimento llega más que limpio al hogar, hay una diferencia muy grande entre el tomate del supermercado y el de la quinta que alguien puede tener en un campo: el gusto es distinto y eso significa los componentes que contiene, vitaminas básicamente”.


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